(…): ¿dudarías tú si para obtener la información que va a salvar diez vidas inocentes tuvieras que torturar a un terrorista? ¿A uno solo?
Esta topografía bien pensante, que sitúa el mal en el otro lado y el bien en el nuestro, ya me resultaba familiar. Tenía el mérito de ser práctica y el inconveniente de ser falsa. Lo mismo sucedía con la posición contraria. La verdad es más sutil que la moral. También más complicada.
Torturar para romper. Humillar para destruir.
Técnicas de última generación para las mentiras de siempre.
El grito. (…) No tiene ortografía. Las letras, los signos y los caracteres son incapaces de transcribirlo; todos los diccionarios lo ignoran.
El sufrimiento, el odio y la cólera van y vienen antes de desaparecer. El olvido no. Se ha creído que podría inventarse el olvido dándole un nombre pero nunca viene.
(…) en la bañera, me ahogaba. Tenía la sensación de que me iban a estallar los tímpanos (…) Me han dado descargas eléctricas. Me han quemado los pezones.
-Te voy a preguntar una cosa (…) Pero quiero la verdad. Cualquiera que sea tu respuesta la aceptaré (…) ¿Eres capaz de decir la verdad?
-Espero que sí
-Responde sinceramente, sí o no.
-¿Qué puedo hacer, aunque rechace este engranaje?
Notas:
La traducción es de Daniel Gascón.
La fotografía es de Paolo Pelegrin.
2 comentarios:
Hola, Manuel.
Me gusta venir aquí a que me descubras libros, autores. (O a que persigas los míos, o a perseguir los tuyos). Ya me pasó con Jules Renard.
No me canso de apreciar las diferencias, los matices, cómo espíritus afines toman o tomamos por unos senderos o por otros.
Interesante Debernard: saludos.
Hola, Jesús.
Me alegro de tus visitas. Como dices, son mutuas y buscan lo mismo. Saludos.
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