martes, 16 de septiembre de 2014

Tú sí que vales



El ataque al Estado de bienestar comenzó en el régimen neoliberal anglosajón y ahora se extiende a otras economías políticas más “renanas”, y trata a los que dependen del Estado con la sospecha de que son parásitos sociales más que personas verdaderamente indefensas. La destrucción de las redes del bienestar y los derechos de ayuda social estarían a su vez justificados porque liberan la economía política y permiten que se comporte más flexiblemente, como si los parásitos estuvieran tirando de los miembros más dinámicos de la sociedad. También se considera que los parásitos sociales se alojan en lo profundo del cuerpo productivo, o al menos, eso es lo que  trasmite el desprecio de los trabajadores que necesitan que les digan qué hacer, que no pueden tomar iniciativas por sí mismos. La ideología del parasitismo social es una potente herramienta disciplinaria en el lugar del trabajo: los trabajadores quieren demostrar que no se están alimentando del esfuerzo de otros.

Richard SennettLa corrosión del carácter. Las consecuencias del trabajo en el nuevo capitalismo


La traducción es de Daniel Najmías; la fotografía de Dorothea Lange