Parte de una entrevista que he leído en el Número 4 de la revista CONTEXTO y que muestra cómo, para algunos, la ficción es –dependiendo de la forma de abordarla- un juego estéril.
Tengo entre manos estos días, a ratos, una serie de artículos de Larra en edición de Juan Eduardo Zúñiga (1967). Quería leer el prefacio. Más sencillo: me interesa Larra y el suicidio, cualquier suicidio. Pero, de esta serie de artículos, sobre todo, su visión de España, de su sociedad, incluso, de su literatura.
Y, volviendo a Lionel Tran. Zuñiga considera como una de las claves contra las que luchó la literatura de Larra lo que sigue: El miedo, el temor de dar libre curso al pensamiento y a la palabra espontánea con la que puede manifestarse aquello que ha sido prohibido.
Lo que sigue tiene relación con ese miedo a lo prohibido.
Necesité más de siete años para aceptar el lugar donde se encontraba el territorio de mi escritura. Escribir una autobiografía era para mí inconcebible. Aunque leyera a muchos autores norteamericanos que han encontrado su obra basándola en su vida, quería escribir ficción, algo que era incapaz de hacer en aquella época. Estaba encerrado en un callejón sin salida, hasta casi volverme loco (…) Estaba en tal estado de nervios que durante tres años vomitaba bilis hasta veinte veces al día. Pero una noche en la que ya estaba agotado (…) me dije: Ya está, no eres capaz, déjalo ya. Y justo a continuación me dije: O cuéntalo, cuenta este estado en el que vives: podrá ser patético, pero al menos no será un camelo…
Hay pudor y hay dolor a la hora de retratar la parte menos amable de una vida, y es lo que me parece interesante (…) Después de la toma de conciencia ya mencionada, me puse a escribir los pensamientos que me daban más vergüenza, los que me daban más miedo (como “no soy pacifista, soy cobarde”). Me puse a escribir día a día igual que se hacen flexiones para liberar la tensión.
Notas:
La entrevista completa se puede leer en la edición digital de El periódico de Extremadura.
La traducción es de Inti Mendoza y Julia Cultien.
La fotografía es de Mohamed Bourouissa y la he encontrado aquí: http://www.photographie.com/index.php?pubid=104253&pag=10&secid=2&rubid=1
Y, volviendo a Lionel Tran. Zuñiga considera como una de las claves contra las que luchó la literatura de Larra lo que sigue: El miedo, el temor de dar libre curso al pensamiento y a la palabra espontánea con la que puede manifestarse aquello que ha sido prohibido.
Lo que sigue tiene relación con ese miedo a lo prohibido.
Necesité más de siete años para aceptar el lugar donde se encontraba el territorio de mi escritura. Escribir una autobiografía era para mí inconcebible. Aunque leyera a muchos autores norteamericanos que han encontrado su obra basándola en su vida, quería escribir ficción, algo que era incapaz de hacer en aquella época. Estaba encerrado en un callejón sin salida, hasta casi volverme loco (…) Estaba en tal estado de nervios que durante tres años vomitaba bilis hasta veinte veces al día. Pero una noche en la que ya estaba agotado (…) me dije: Ya está, no eres capaz, déjalo ya. Y justo a continuación me dije: O cuéntalo, cuenta este estado en el que vives: podrá ser patético, pero al menos no será un camelo…
Hay pudor y hay dolor a la hora de retratar la parte menos amable de una vida, y es lo que me parece interesante (…) Después de la toma de conciencia ya mencionada, me puse a escribir los pensamientos que me daban más vergüenza, los que me daban más miedo (como “no soy pacifista, soy cobarde”). Me puse a escribir día a día igual que se hacen flexiones para liberar la tensión.
Notas:
La entrevista completa se puede leer en la edición digital de El periódico de Extremadura.
La traducción es de Inti Mendoza y Julia Cultien.
La fotografía es de Mohamed Bourouissa y la he encontrado aquí: http://www.photographie.com/index.php?pubid=104253&pag=10&secid=2&rubid=1
2 comentarios:
¿Te interesa el tema del suicidio?
Un amigo, Carlos Janín, pamplonica, profesor en la universidad de Lyon, vive en Granada desde su jubilación. Aquí ha encontrado el tiempo y la tranquilidad necesarios para terminar su magnífico "Diccionario del suicidio" (Laetoli, 2009). El suicidio visto desde todos los puntos de vista. Una antología de historias de suicidas, especialmente (pero no sólo) artistas. Una enciclopedia de autor. Ligera, erudita, entretenidísima.
Gracias, Jesús, por tu recomendación. Carlos Janín: Lo apunto.
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