Para mí existe un vínculo entre el exilio y la
lectura, entre la deportación y la lectura, entre la persecución y la lectura,
entre la humillación social y la lectura, entre la palabra “judío” y la palabra
“libro”. Durante años me he negado a leer porque mi abuelo materno había sido
deportado; porque la familia de mi padre se había visto obligada a abandonar
Libia y después Argelia; porque, a pesar de nuestros esfuerzos, nunca éramos lo
bastante franceses, lo bastante burgueses; porque la lectura…estaba asociada
con Francia, la Francia del terruño, el terruño que nunca conocería, que nunca
poseería.
La pregunta que le atribuyo a Bajtín y que leí en
los labios de mi profesora de letras, “¿desde dónde se escribe?, me viene a la
cabeza con una violencia y un vigor nuevos. “¿Desde dónde se lee?”, me oigo
responder.
Agnès Desarthe – Cómo aprendí a leer
La traducción es de Laura Salas Rodríguez y la fotografía de Emmet
Gowin
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