miércoles, 27 de febrero de 2013

Mano izquierda


Notó en su mano la mano rota del hombre. Las arrugas de cuatro muñones, la suavidad de las cicatrices, el vacío que ocuparon los dedos…La mano del minero se terminaba pronto, era una bola de carne blanquecina, brillante. Se escurría entre su mano como si a ella también le sobraran los dedos…
-…un día pinchamos un barreno y nos explotó en las manos …A mí me arrancó cuatro dedos de la derecha…Los de la Caja de Seguros me clasificaron de terrerista para la jubilación. No me sirvió para nada protestar.
-Lo que yo les dije: a los terreristas no les puede estallar un barreno.
-¿Y ahora qué hace?
-…ahora ando de betunero en el café España.
-¿Y se apaña bien?...
-La mano izquierda sólo es tonta cuando uno no la tiene acostumbrada.

Armando López Salinas La mina

Nota: La fotografía es de Cristina García Rodero.

lunes, 11 de febrero de 2013

El Camp de Montalbán



en mil novecientos

cincuenta

y nueve

Elvis Presley

llegó a España

                      Nuevo Santiago

los frigoríficos

congelaron

por primera vez las gachas

y las centollas

el Sagrado Corazón

se hizo portabolígrafos

y Di Stéfano

confirmó de un taconazo

la hegemonía

del Real Madrid



Manuel Vázquez MontalbánCoplas a la muerte de mi tía Daniela

La fotografía es de Asier Armendáriz.

martes, 5 de febrero de 2013

Europa


Cuando dicen ustedes Europa, piensan: “Tierra de soldados, granero de trigo, industrias domésticas, inteligencia dirigida”. ¿Voy demasiado lejos? Pero sí sé que cuando dicen Europa, aun en sus mejores momentos, cuando se dejan llevar por sus propias mentiras, no pueden por menos de pensar en una cohorte de dóciles naciones dirigidas por una Alemania de señores, hacia un futuro fabuloso y ensangrentado. Me gustaría que captase bien esa diferencia. Europa es para ustedes ese espacio rodeado de mares y montañas, perforado de minas, cubierto de mieses, donde Alemania juega una partida en la que lo que está en juego es su destino[…] me dijo usted un día en que se burlaba de mis indignaciones: “Don Quijote nada puede si Fausto quiere vencerle”. Le dije entonces que ni Fausto ni Don Quijote estaban hechos para vencerse el uno al otro, y que el arte no se había inventado para traer el mal al mundo. Por aquel entonces le gustaban a usted las imágenes un poco recargadas y continuó con su argumentación. A su entender, había que elegir entre Hamlet y Sigfrido. En aquella época, yo no quería elegir y sobre todo me parecía que Occidente no podía situarse en ese equilibrio entre la fuerza y el conocimiento.

Albert Camus - Cartas a un amigo alemán

La traducción es de Javier Albiñana. La fotografía la encontré aquí.