miércoles, 17 de junio de 2009

Martín López Vega: Los desvanes del mundo


Para mí desván siempre fue el sótano de los que no tendían la ropa en un balcón.

Créditos. En uno de sus discos, Franco Battiato pone música a un fragmento en prosa de la novelista Fleur Jaeggy. Y fue esa referencia la que me llevó a los libros de Jaeggy.

El recuerdo al poder. La imaginación no hace tanta compañía como los recuerdos.

Maduro. Los veranos de la infancia son veranos sin clases (…) En la adolescencia, lo que nos parece es que la vida haya estado de vacaciones todo el resto del año.

Estaciones. El tiempo es un tren que sólo se detiene cuando ya no tenemos ganas de subirnos a él.

Ida. Decía un proverbio romano que vivir no es necesario, pero partir, sí.

Paul Morand…es mejor un billete de tren que un billete de lotería.

Mainstream. Cada régimen tiene sus carreteras. La dictadura, las autopistas; la libertad, los meandros.

Kierkegaard: La memoria es espontánea, el recuerdo es reflexivo; por ello recordar es un arte.

La hostia con vodka. Entre las postales que suele haber en los bares de Helsinki (…) han colocado una (…) un muro en el que alguien ha escrito de forma bien legible: Me cago en Dios. Pero lo sorprendente (…) es (…) quién firma la postal: la iglesia, que ha colocado al dorso la leyenda No desesperes. A veces, ayuda.

Piedra. ¿Interesa lo que piensa Micke Jagger? Seguramente, tanto como saber si cantaba bien o no Nietszche.

Paper or scissors. Volver al pasado es casi tan difícil como convencerse de que es imposible hacerlo.

Cualquiera puede escribir. Un niño…Lo que te contaron antes esos niños de Blancanieves es un cuento, es todo falso. A ellos todavía no les ha girado el cerebro. A mí sí. Cuando eres bebé tienes el cerebro al revés, y no ves las cosas como son, Y mezclas lo que es mentira con lo que es verdad. Pero luego te gira el cerebro y ya lo distingues, y ya no hay fantasía. De mayores sólo lo usan los escritores. A ellos también se les gira el cerebro, pero luego, con un golpecito así en la cabeza, pueden ponerlo un rato de lado y vuelven a tener fantasía. Luego, con otro golpe, se les vuelve a poner normal.

Salvo los que mueren. Morimos a los cuarenta años, de un balazo en el corazón que nos disparamos a los veinte. (Camus)

Y los inmortales. También la inmortalidad (…) tiene de caducidad (…) Pessoa dijo que muertos, todavía moriremos.

Sinceridad. Lo que menos me interesa en un diario ajeno es su relación con la intimidad. De un autor no me interesa su posición ante su vida, sino ante la vida. Me da igual que lo que cuenta el haya pasado o no, me basta con lo que le haya pasado por la cabeza; que sea verdadero, no que sea sincero.

El paraíso…un paraíso que no es otra cosa que el mismo mundo (…) con unos cuantos retoques para hacerlo más acogedor.

El infierno. Cuando alguien muere, deja en el mundo un agujero por el que podemos ver, como por el ojo de una cerradura, un poco de la nada que hay más allá, en alguna parte.

Nota: La fotografía es de Zoe López
Su trabajo se puede visitar en http://zoelopez.carbonmade.com