viernes, 30 de julio de 2021

Yo tenía un primo en África


 

Mi primo nació en Lourenço Marques y nunca pronunció las tres sílabas tan difíciles de la palabra Maputo.

[…] Maputo era nombre de negro. Un negro, una zona salvaje, un río podían llamarse Maputo, Incomati, Limpopo, Zambeze. Una población de negros podía llamarse Marrecuene, Inhaca, Infulene, Xipamanine. Una ciudad de blancos no. Debía ser Lurenço Marques, Beira, Vila Luísa, Mocímboa da Praia.

Xai-Xai era de negro. Ponta de Oro era de blanco.

[…] Mi primo había sido educado en el más profundo desprecio por el negro. Cuando cumplió diecinueve años, y lo mandaron a Niassa, partió contento. Iba a luchar por la california portuguesa.

Bajaba a Lourenço Marques cada nueve meses, pero ya no era el mismo. Se dejó crecer la barba. Había una guerra, y mi primo nunca habló de la guerra. Nadie hablaba de la guerra. Supongo que no se habla de la guerra, nunca.

[…] Mi primo hablaba poco y evitaba las reuniones sociales. Se encerraba en el cuarto a fumar, y se calló para siempre.

[…] Después enterramos su machete, el revólver y el uniforme. Había estado en Niassa con autorización para matar negros, y todo aquello apestaba a sangre, y siguió apestando a sangre durante muchos años, incluso enterrado en suelo fértil, en algún lugar de Matola, hasta que se pegó un tiro en la cabeza, ya en Xabregas, después de haber quemado todos los puentes, asaltado joyerías en Almirante Reis y asesinado a negros a tiros, por la espalda, en Damaia.

Pero además de eso, fue mi primo hermano.


Isabela Figueredo - Cuaderno de memorias coloniales

La traducción es de Antonio Jiménez Morato