lunes, 11 de mayo de 2009

Josan Hatero

Me gusta creer que algún día se volverán a reeditar los cuentos de Josan Hatero. Los que formaron libros completos y los que aparecieron sueltos, en recopilaciones. ¿Quizá DEBOLS!LLO?, ¿quizá Páginas de Espuma?

¿Qué destacar de Hatero? Además de su lenguaje cercano pero alejado de los lugares comunes, claro, intenso, emocionante muchas veces, el principio de cada uno de sus cuentos. Podría copiar los más de cuarenta cuentos que ha publicado y tendría escrito un catálogo de las muchas formas originales con las que se puede comenzar un relato. Y, de paso, se me quedaría grabado en la cabeza el objetivo al que Hatero hace referencia en El reto la narración breve (Los cuentos que cuentan, Ed. de J.A. Masoliver Ródenas y Fernando Valls, Anagrama, 1998): Las primeras frases deben despertar la atención de lector.

Si alguien consigue -porque no es fácil encontrar sus obras- leerlo, que lo haga. Y supongo –y puedo equivocarme- que luego le será difícil entender que se reedite Lo peor de todo y no Biografía de la Huida, que no paremos de fijarnos en Ray Loriga, y nada hay de malo en ello, y no sepamos siquiera quién es Josan Hatero. Constantino Bértolo sí lo sabe. De alguna manera él fue el principio de Hatero, otro tipo de principio.

He elegido el fragmento que sigue porque es una poética -su poética- del principio de todo cuento. Pertenece a Gente Extraña y lo encontré en una recopilación titulada Lo del amor es un cuento (Vol. II, Ópera Prima, 1999) aunque también está incluido en Cuentos de amor (Páginas de Espuma, 2008).

Toda historia tiene un comienzo o no es una historia. Pero un comienzo no es necesariamente un punto de partida. A menudo una historia es en su conjunto un punto de partida, la suma de una serie de detalles cuyo producto la narración convierte en una revelación que marca un antes y un después. La descripción de esa revelación pasa a ser propiedad de quien la lee, y por tanto, a esa persona corresponde otorgarle un significado o no hacerlo. Esta es una de esas historias.

Nota: La fotografía es de Susana Iniesta y la obtuve en EL PAÍS.