miércoles, 14 de enero de 2009

Nacho Vegas: Política de hechos consumados


No recuerdo las veces que habré escuchado El ángel Simón. La mayoría de ellas en el coche y entre gerundios, yendo o volviendo del trabajo. Siempre había imaginado que ese tal Simón era un amigo, el mejor y el peor de sus amigos. Y creo que estaba confundido. Tampoco me había imaginado que Nacho Vegas tuviese un libro de poemas, relatos y monólogos, y lo tenía. Por dos veces, el dicho la primera impresión es la que cuenta no había sido cierto. Ayer escuché la canción después de leído el libro. Ahora, con la idea de que ese hombre era su padre, convencido por una forma de contar la vida y la familia, donde, las cosas, lejos de funcionar, siempre van a peor. La canción decía cosas nuevas.

En Ortigas, un relato o un poema o un monólogo, escribe:

Mi madre nos subía hasta allí en coche y se largaba porque tenía cosas más importantes que hacer. Cosas como tratar de salvar su matrimonio. Como preservar a su hogar y a su familia de la desdicha. Entonces yo no era consciente pero, ¿qué iba a saber? Mi mayor problema eran los picores y el sarpullido por todo el cuerpo que me habían producido las ortigas.

Las ortigas pueden ser cualquier cosa que distraiga. Y pique. Mi trabajo, por ejemplo.