viernes, 31 de diciembre de 2010

Mariano José de Larra: Artículos Sociales.




Los fragmentos pertenecen a la Introducción, escrita por Juan Eduardo Zúñiga. Los artículos seleccionados son 23 y se editaron junto con ella en 1967.

..la leyenda del arrebato amoroso que le llevó a la muerte ha sido defendida obstinadamente para no enfrentarse con las otras causas…causas que excedían al estrecho dominio de sus asuntos personales. Nos lo hace pensar, incluso, el hecho mismo de que se difundiera tan extensamente, hasta en los periódicos, que el móvil fatal habías sido una entrevista con Dolores Armijo, reduciendo así la tragedia de un hombre excepcional a los amoríos de un petimetre.
…Larra está hoy vivo para sus lectores porque participamos de sus ideas sobre la realidad española.
…se debatía en un cúmulo de ideas contradictorias, propias de su clase…Contradicciones del hombre formado en una sociedad cambiante, que desea cortar con el pasado que aún ama, y en su rebeldía lucha por una libertad que no acaba de aceptar profundamente…en él actúan dialécticamente y le hacen evolucionar, dándonos ejemplos de desarrollo, de maduración.
…es en la modalidad de pensador político…donde se revela la profundidad de su pensamiento, que supo establecer relación justa entre las costumbres y sus causas sociales.
…su crítica se dirigía a puntos neurálgicos de la estructura del país, y por este motivo se vio obligado –para que le fuera permitida- a enmascararla con la ironía, el humor, la burla, que fueron su estilo característico.
…los funcionarios, las diversiones públicas, los toros, el periodismo, la filología, los conventos, la vida en las cárceles, las fondas y los restaurantes, la censura de prensa, la policía, el centralismo político, la educación de los niños, la influencia de lo extranjero, etc. Este temario excede con mucho el carácter que solían tener los escritores costumbristas, título con el que insistentemente se empequeñece a Larra.
…en Larra no hay pintoresquismo ni anécdotas, ni interés por el folklore…él no presenta un cuadro de costumbres, sino que éstas le sirven para referirse a sus causas originales, algo que trasciende la mera crónica local y alcanza el nivel de crítica social.
El estudio de su pensamiento y de su posición vital realista crean tal compromiso a los que en épocas posteriores ejercen la profesión de escribir, que para muchos lo más inmediato ha sido soslayarlo. Y probablemente a esto se debe el que…no haya sido suficientemente estudiado con el sistema erudito de que gozan otros escritores de mucha menor categoría y, desde luego, de menos vigencia histórica.
…se argumenta si fue un periodista o un literato, si era un verdadero costumbrista o un puro romántico; se divaga sobre su desgraciada pasión…En resumen, es mencionado de una manera frívola, la forma más nociva para su recuerdo y más alejada de su personalidad. A la vez, los aspectos más respetables y extraordinarios del escritor: su contemporaneidad, su proximidad a nosotros, se eluden y muchos sectores de su obra quedan en silencio. En las antologías encontramos inevitablemente…seleccionados los más anecdóticos y los que menos informan de su pensamiento político y del trabajo crítico que realizó.


La fotografía la obtuve aquí

lunes, 27 de diciembre de 2010

Larry Brown: Amor malo y feroz.





Si queríamos hacer el amor, antes teníamos que hacer las paces, y eso es matador.  

La traducción y el prólogo son de Luis Ingelmo. La fotografía es de Tod Hiddo: Mira aquí.

martes, 21 de diciembre de 2010

Antonio Jiménez Morato: Lima y limón.




En una de sus crónicas, Lobo Antunes confesó que Rabos de lagartija le había tirado a la lona. La frase exacta era: Cualquier gran libro nos tira a la lona y le quedamos agradecidos por ello.
Si soy honesto, ahora debería decir que en este blog no han aparecido reseñas porque no sé o porque no sé hacerlas sin volverme impresionista, sin hablar de mí. De paso, también, porque únicamente logro serlo cuando un libro me deja K.O.
Hace unos días Antonio me regaló un Lima y Limón, el libro que se plantea las diferencias entre los parecidos, se pregunta por qué te puedes enamorar de la hermana gemela de alguien y de su idéntica no, por qué la lima no y el limón sí.
Estuvimos charlando un rato, bebiendo frente a una mesa llena de vino y paté sin untar. Como le considero alguien que siempre podrá ser mi maestro, le conté algunas cosas de mis lecturas. Entre otras, traté de explicarle lo que supuso Lobo Antunes para mí, y lo mucho que me costaría ahora leerle. El problema podía ser, según le parecía, que Antunes se hubiera convertido en la parodia de sí mismo. Quizá.
Peor es que seas tú el que se convierta en la parodia de ti mismo tratando de leer a Lobo Antunes. Exactamente es esto lo que me ocurre ahora cada vez que lo intento: su grandilocuencia turboalimentada se me atraganta.
La conversación giraba en torno a Portugal, en torno a sus últimas colonias recién perdidas y en torno a mí. En torno a mí era en torno a cómo habían llegado mis hijos cuando trabajaba en Portugal sin estar preparado para ellos, ni por asomo. Para no ser demasiado explícito, le dejé caer que posiblemente autores como Maximiliano Barrientos me iban a permitir volver a Portugal sin máscaras.
Tanto Barrientos como Antunes me habían llevado a la lona en un momento o en otro. Pero no me acordé de ellos leyendo Lima, me acordé de El agrio de Valérie Mréjen, que también lo hizo, eso es lo de menos.
En el fondo, lo vuelvo a decir de otra manera, leer se reduce a un desafío. Y para que un libro te lleve a la lona es necesario que alguien se haya levantado de ella para escribirlo. Te das cuenta de eso en cuanto terminas Lima y Limón. Yo, sin saber que al cabo de dos horas iba a caerme, lo empecé tumbado en la cama de uno de esos hijos que siempre me rondan.


La fotografía es de John Kolesidis. Aquí

domingo, 19 de diciembre de 2010

La mesa puesta en Cuentos de barro.



Antonio Báez escribió así sobre La mesa puesta. Lo copié de su blog: Cuentos de barro. Es algo que me alegra mucho y le agradezco igual.

El escritor se pregunta sobre la resistencia de su libro de cuentos comparándolo con un camino con ocho puentes, uno por cada cuento de los que componen el brevísimo volumen titulado La mesa puesta. El escritor se llama Manuel Abacá. Lo que tiene que soportar ese camino es el tránsito de cada uno de sus lectores. El escritor está seguro de no poder ofrecerle al lector otro camino que el que le pone por delante y esa situación le “hace estar más expectante que nunca”. ¿Resistirá la prueba?
Juzguen ustedes mismos: “Me gustaría mirar dentro de la cabeza de gente como ese teniente para saber en qué se distingue de la mía, para saber qué parte que me permitiría como a él ser una especie de ganador, odio.” (pág. 43) Otro regalo: “Siempre tomo leche con galletas empapadas. Siempre limpio lo que mancho, siempre recojo lo que usan los demás y lo que estorba, lo que nadie quiere. ¿Por qué soy así? Es una pregunta que me hago a menudo en el fregadero. Supongo que solo ordenando las cosas, entiendo cómo se desordenan.” (pág. 46) La escritura de estos relatos es tan sencilla y tan difícil, tan profunda y tan sutil que a este lector le corroe una envidia malsana perfectamente contrarrestada por le emoción y la lección que proporciona. Está muy bien que venga alguien de pronto y con el tono de una voz apacible, con la sensatez de su mirada, con la relevancia de los detalles que le importan me haga callar en este guirigay de voces ventrílocuas que yo sólo he montado en torno a si la literatura tiene un culo muy grande o muy pequeño, al que estamos todos asomados. Las historias de Manuel Abacá salen directamente del corazón y de la inteligencia de la literatura. Esto es, amigos, que me han dado sopas con honda. Para callarse y enrojecer. La mesa puesta es un libro de 75 páginas. No importa, no se agota en una primera lectura. Puede uno volver a cada una de sus historias muchas veces, porque no hay en ellas ninguna de esas sorpresas que una vez desveladas por la primera lectura pierden un misterio vacío, aparente. La sabiduría de estos textos está detrás de lo que cuentan, activan el resorte de la inteligencia en el lector, hacen que uno quiera saber qué más se puede encontrar debajo de esas palabras. Y ahora tengo la suerte de volver a leer este libro de 75 páginas. Por supuesto, resistió la prueba.


Nota. La fotografía es de Oscar Molina. www.oscarmolina.com/omesgobjetos.html#

sábado, 18 de diciembre de 2010

Liborio Barrera: Tormentas.



…qué facilidad hubiera habido entonces para una ruptura pactada o combatida en que el odio desocupa el amor como un desagüe por donde todo se elimina excepto el rencor, esa forma tan acerada del recuerdo. Nada cuesta menos que alejarse. Uno se instala en el futuro y echa el cierre a esa mujer. Ya vendrán otras. Tal vez hubiera debido pleitear como hacen algunos. Que un juez resolviera como si se tratara de un negocio. Cuando dos personas buscan la intermediación empiezan a verse con la distancia de los conocidos.


La fotografía pertenece al proyecto Ontem, de André Cepeda.


miércoles, 8 de diciembre de 2010

Siglo XXI. Los nuevos nombres del cuento español actual.





(ISMAEL GRASA): No me considero un progresista en sentido estricto, no creo que haya una meta definitiva para la especie humana, algo que cumplir, un desenlace o fin de la historia, más allá de nuestra responsabilidad personal y nuestro día a día…Cuando se estudian los cambios de las costumbres que desembocaron a finales del XVIII en los Derechos del Hombre y la idea del respeto al individuo, se destaca el hecho de que las personas se acostumbrasen a leer en voz baja, a utilizar cubiertos en la mesa, a oír música y teatro sentados y en silencio, y la extensión del género epistolar y la novela. La novela, y en particular el relato, tienen la capacidad de dar lugar a una clase de emoción que nos hace mejores, más firmes y comprensivos.

(CRISTINA GRANDE) No soy una teórica. Si lo fuera, quizá no sería narradora, y en lugar de contar cuentos me dedicaría a cualquier otra cosa de mayor calado. Dicho esto, sólo podré decir que el cuento es el género que mejor se ajusta a mi respiración, a mi ritmo cardiaco, a la música que suena en mi interior...Los cuentos los prefiero no muy largos porque de lo contrario se me fatiga el corazón (molinico de poca agua, dicen en Aragón)

(JESÚS ORTEGA) Mis relatos no buscan ser originales. La originalidad en la que creo consiste en una versión personal de las tradiciones. 

Nota: La edición de la antología es de Gemma Pellicer y Fernando Valls. La fotografía, de Marion Post Wolcott, se puede ver en este enlace:theruralsite.blogspot.com/2010/08/captured-america-in-color-from-1939.html

jueves, 2 de diciembre de 2010

Julián Rodríguez: Tríptico.



Ella había crecido rodeada de libros, y yo…la amaba por aquella biblioteca que nunca había tenido…Alargué nuestra relación, lo confieso, para disfrutar de su biblioteca. Le robé cien, doscientos, trescientos libros. Quizá la alargó ella…Mi biblioteca no está compuesta sólo de libros. En algunos huecos he ido dejando discos que ya no puedo escuchar. Discos que son, al fin, “sujetalibros”.
Anoche, después de pensar en aquella biblioteca, busqué un libro de un escritor portugués…había comprado Biblioteca en… Aveiro…Nos habíamos detenido en un bar de carretera…recuerdo sobre todo aquel bar, la hija adolescente de la dueña untando nuestro pan con mantequilla salada, envidiándonos porque éramos españoles y estábamos de vacaciones
¿Dónde está ahora?
He creído verla, uno de estos días, entre el público de un concierto de The Gift que pasaba la TDT.

Nota: La fotografía es de Leo Simoes, pertenece a su proyecto silencio y olvido (2008-2009),  y la encontré en: www.leosimoes.com/proyectos/silencio/02.html.
Un enlace a The Gift y a esa virgen que aparece en la fotografía: www.youtube.com/watch?v=fUt0Vv53BWY