miércoles, 22 de abril de 2009

Miguel Mena: Piedad

Posibilidades. Podría decir que Piedad es un libro de fotografías donde los pies de foto son muy importantes, y me confundiría. Así que ni lo repetiré ni lo retiraré, por si dentro de la confusión hubiera algo de cierto.

Al menos, prefiero decir eso que afirmar que no es un libro de una pieza, sino de muchas, porque eso es tan evidente que me sonroja.

También podría tratar a Piedad como a un libro cuya solapa es importante, porque habla del autor, otra evidencia. La solapa reza: Reside en Zaragoza. Trabaja como locutor de radio. Ha publicado novelas, relatos, obras juveniles y libros de viajes. En otras palabras: es un autor poco conocido. Lo que aquí equivale a poco reconocido. Poco reconocido como su hijo Daniel y poco conocido como la enfermedad de su hijo Daniel.

Pero, lo diré, Piedad tiene algo de resistencia. Resistencia escrita con minúscula, y escrita con mayúscula, tanto al empezar esta frase como cuando sea el título del dietario que Liborio Barrera escribió durante una enfermedad con la que rellenó 145 páginas y una idea que subrayé.
Me refiero a la siguiente frase: El mecanismo de la felicidad se vuelve injusto cuando requiere ese desapego insolidario hacia los infelices.

Piedad es una tuerca que no para de denunciar ese mecanismo.

En adelante, recojo solo una pequeña parte de esas Posibilidades.


DE RAIZ. Cuando me dijeron que mi hijo no podría hablar nunca…, lo primero que recordé fue que había planeado aprender con él los nombres de los árboles…

60 SEGUNDOS. El tiempo que tarda la leche en calentarse en el microondas…El tiempo que empleamos en leer el diagnóstico definitivo y comprender que lo que te pasaba era raro, muy raro. Un minuto interminable. Un minuto congelado. Desde entonces ya no pensamos que la vida se pasa volando.

PORNOGRAFÍA. Lewis Hamilton es el piloto más odiado por la afición española…, pero al final ha ganado…entrega el trofeo a su hermano, un chico con parálisis cerebral. En la radio dicen que eso es hacer pornografía de los sentimientos. Hasta mediados del siglo XX las personas con una discapacidad severa apenas salían de sus casas. Por dificultades de movilidad o de vergüenza, sus familiares los mantenían encerrados. Mejor la pornografía.

RARO. Qué raro se hace tener un hijo prácticamente mudo cuando te ganas la vida hablando.

TIC-TAC. Cuando le anunciaron que le quedaban pocos meses de vida, y que su única salvación era un trasplante, experimento una doble angustia: primero, el miedo a morir; después la desazón de sentirse un miserable por desear la muerte de otra persona para salvar su vida.

EXTRAEXCOLARES. En un lado escribió las actividades que había previsto para el chico: deporte, música, idiomas, informática. En el otro, las que le tocaban: estimulación, fisioterapia, psicomotricidad, logopedia.

MUNDO SONORO. A veces acudíamos al almacén donde iban arrinconando los discos que ya no cabían en la emisora…Por cada estrella brillante, decenas de estrellas fugaces…

LA VIDA ALEGRE…El niño sin palabras no da pena, da trabajo, da cansancio, da qué pensar y da gratis lecciones de alegría.

PEÑAS ARRIBA. Si consigue llegar a la cima será el número dos mil y pico que lo logra. Si no baja, será el cuarenta y tantos que se quede allí para siempre.

PLANES. A veces me cruzo con la familia que quisimos ser…A veces me cruzo con el futuro que imaginamos y todavía siento un pellizco de felicidad al recordar aquellos días de risa y planes.

COMPETICIÓN. Siempre ha mirado el podio desde abajo…Suda como el triunfador…Sin su presencia no hay competición, sin su derrota no hay victoria.