lunes, 14 de noviembre de 2022

El Lerele nacional

 



Siendo ministro Solís Ruiz, le impuso a Lola el Lazo de Isabel la Católica. En 1966 se le da un homenaje al que asisten los duques de Alba y Fraga Iribarne. Cierto académico nos decía una vez: “Lo que no sabe la gente es que los aristócratas, los famosos, los toreros, los artistas, somos en España una gran familia, somos siempre los mismos”

Efectivamente, esa gran familia -tejida muchas veces con lazos sanguíneos de verdad-, ese elitismo folklórico-aristocrático-culto-nacionalconservador-taurino es la gran ventosa que va absorbiendo, integrando a las individualidades valiosas, de modo que el pueblo, tan lejano a todo eso, cuando alumbra una flor de genialidad, una figura, inmediatamente la ve arrancada de su huerto por la mano enguantada que baja de arriba.

Al pueblo para redimirse, siquiera sea a nivel social y económico, se le exige ser excepcional. Esta capacidad de asimilación de lo popular-singular que tienen nuestras élites permite hablar de cierto democratismo difuso y demagógico en el alma española. El pueblo, por su parte, sin conciencia clara de clase, encuentra en esas asimilaciones una expresión de la liberalidad de las minorías. En pocos países de Europa son tan considerables las distancias pueblo-élite, y en pocos países es tan fácil que un bracero y su señor marqués se entienda espontáneamente hablando de toros, de caballos o de mujeres.

[…] ; pues nuestras élites, poco cultas por lo general, tienen los mismos gustos y aficiones que el pueblo bravío, de modo que a primera vista se puede tomar por naturalidad lo que no es sino una aproximación histórica de niveles culturales.

 

Francisco Umbral - Lola Flores. Sociología de la Petenera