Siendo ministro Solís Ruiz, le
impuso a Lola el Lazo de Isabel la Católica. En 1966 se le da un homenaje al
que asisten los duques de Alba y Fraga Iribarne. Cierto académico nos decía una
vez: “Lo que no sabe la gente es que los aristócratas, los famosos, los
toreros, los artistas, somos en España una gran familia, somos siempre los
mismos”
Efectivamente, esa gran familia -tejida muchas veces con
lazos sanguíneos de verdad-,
ese elitismo folklórico-aristocrático-culto-nacionalconservador-taurino es la
gran ventosa que va absorbiendo, integrando a las individualidades valiosas, de
modo que el pueblo, tan lejano a todo eso, cuando alumbra una flor de genialidad,
una figura, inmediatamente la ve arrancada de su huerto por la mano enguantada
que baja de arriba.
Al pueblo para redimirse,
siquiera sea a nivel social y económico, se le exige ser excepcional. Esta
capacidad de asimilación de lo popular-singular que tienen nuestras élites
permite hablar de cierto democratismo difuso y demagógico en el alma española.
El pueblo, por su parte, sin conciencia clara de clase, encuentra en esas asimilaciones
una expresión de la liberalidad de las minorías. En pocos países de Europa son
tan considerables las distancias pueblo-élite, y en pocos países es tan fácil
que un bracero y su señor marqués se entienda espontáneamente hablando de
toros, de caballos o de mujeres.
[…] ; pues nuestras élites, poco
cultas por lo general, tienen los mismos gustos y aficiones que el pueblo bravío,
de modo que a primera vista se puede tomar por naturalidad lo que no es sino
una aproximación histórica de niveles culturales.
Francisco Umbral - Lola Flores. Sociología
de la Petenera
1 comentario:
Y qué bien lo decía (y lo escribía) Umbral, todo; así, tan sin pelos en la lengua como en su habitual... A mi padre le gustaban mucho sus libros y yo heredé algunos...
Hasta pronto.
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