José María Cumbreño. Hace un par de años pedí una decena de poemarios a la Editora Regional de Extremadura. Libros finos, los leí en pocos días de un verano, en vacaciones, algunos en una playa de Portugal.
El suyo fue uno de los que mejor recuerdo. No sabía quién era él cuando lo leí, salvo que un artículo de Serafín Portillo en La Gaceta del Libro en Extremadura lo incluía en el Grupo de los 80/90, entre otros extremeños. Ahora conozco algo más. Su blog. Su poemario. Y algo de su trabajo en Littera Libros, junto a Antonio Reseco, otro poeta, otro poemario del mismo julio. Aquí, cuatro de sus poemas:
LA SEMILLA
Custodia la semilla el augurio del fuego
como la sed promete lo que después no cumple.
EL ÁRBOL
Ten en cuenta que el árbol crece en dos direcciones,
pero sólo una brinda un lugar a la sombra.
LOS REMOS
Remar sin avanzar; remar mientras se aprende
a ir arrojando al agua más cosas cada vez.
GOZNES
Incluso las puertas de una casa
en ruinas
El suyo fue uno de los que mejor recuerdo. No sabía quién era él cuando lo leí, salvo que un artículo de Serafín Portillo en La Gaceta del Libro en Extremadura lo incluía en el Grupo de los 80/90, entre otros extremeños. Ahora conozco algo más. Su blog. Su poemario. Y algo de su trabajo en Littera Libros, junto a Antonio Reseco, otro poeta, otro poemario del mismo julio. Aquí, cuatro de sus poemas:
LA SEMILLA
Custodia la semilla el augurio del fuego
como la sed promete lo que después no cumple.
EL ÁRBOL
Ten en cuenta que el árbol crece en dos direcciones,
pero sólo una brinda un lugar a la sombra.
LOS REMOS
Remar sin avanzar; remar mientras se aprende
a ir arrojando al agua más cosas cada vez.
GOZNES
Incluso las puertas de una casa
en ruinas
pueden abrirse sólo hacia un lado.
Nota: La fotografía es de Julieta Pellicer.
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