Por
motivos inescrutables para los profetas más experimentados del condado de Maycomb,
el otoño se convirtió en invierno ese año. Tuvimos las dos semanas más frías
desde 1885, según dijo Atticus. El señor Avery sentenció que estaba escrito en
la piedra de Rosetta que cuando los niños desobedecieran a sus padres, fumaran
cigarrillos o se pelean unos con otros, las estaciones cambiarían.
Harper
Lee - Matar a un ruiseñor