sábado, 9 de mayo de 2009

Juantxu Rodríguez


A Patrick Soubel, un fotógrafo francés herido por la misma ametralladora y el mismo soldado que mató a Juantxu Rodríguez en Panamá, le pasaron la factura del coste de la operación, balas incluidas, una vez recuperado.
Alguien pensará, como lo piensa Carlos de Andrés, que la guerra es un negocio perfecto. Y la paz.
Pero yo me hice con el libro, no pensando en una muerte mediática (convertida en mediática por otros), sino en lo contrario: en las fotos que sin pretender cambiar el mundo intentan mostrar lo que sí podríamos cambiar el resto.
Fotografías a los parados, a los mendigos, a los yonkis chutándose junto a la vía, fotografías a los maketos, fotografías a los trabajadores y a los marginados de Portugalete, de Zorroza, de Baracaldo, de Sestao, de Santurce. Al fin y al cabo, Juantxu Rodríguez (1957, Casillas de Coria, Cáceres) era también emigrante en la ría de Bilbao. Luego marchó a Madrid: fotografías a boxeadores como Poli Díaz, a mendigos, al ocio juvenil en la Casa de Campo o Lavapies, a manifestantes, a travestis.
Aunque también fotografío personalidades. Personalidades en la U. I. Menéndez Pelayo de Santander, la personalidad del agonizante Salvador Dalí. Pero fue a Nueva York, y lo mismo: negros, Harlem y metro. Y, después, Panamá. Fin.
Y el epílogo: condecoraciones, el reconocimiento: En El Retiro, el Ayuntamiento de Madrid colocó un cubo de hormigón de 40 x 40 x 40 cm. A Carlos de Andrés le parece pequeño o, mejor dicho, poca cosa para lo que merecía. Yo he echado cuentas: 160 kilos. Mucho más de lo que un trabajador de los que aparecen en sus imágenes podría haber levantado sin ayuda.

El texto que acompaña al libro es de Carlos de Andrés.
El copiright de las fotografías es de Antonia Moreno Martín.
La traducción inglesa del texto que aparece en el libro es de Herrán Combs.

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