miércoles, 16 de septiembre de 2009

David González: Ley de vida


Las palabras no me salen. Los folios tienen la mente en blanco.

Dos frases sencillas con las que cualquiera que encuentre dificultades para escribir se siente identificado y forman parte de un cuento que se titula No importa de quién sea la culpa.
El libro, de relatos y poemas, lo disfruté hace un par de días, pero no porque me sintiera identificado, sino porque explica el cambio de una persona a la que las palabras le han ayudado a saber un poco más de él, y un poco más del mundo. Me gusta leer historias donde el cambio es protagonista. Por eso de aplicarme el cuento.
Para post, me he decidido por el poema que David González le dedica a Pablo García Casado. Trata de una de las formas mediante las que ha llegado a ese cambio, o sea, trata de elecciones, derribos y Ensanches de finales del Siglo XX.


BERLÍN

Hay dos bares,
y enfrente de cada bar
un muro.

En uno se apalancan
estudiantes que piran clase
delincuentes comunes
jóvenes radicales
algún que otro yonqui.

En el otro se sientan
estudiantes universitarios
gente con carrera
matrimonios con sus hijos
deportistas.

A veces paso por allí,
pero nunca me quedo
a tomar nada.
Aún no he decidido
en cuál de los dos muros

me tengo
que sentar.


Nota: La fotografía es de Enric Sirera y la encontré en:
http://enricsirera.blogspot.com

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