martes, 12 de enero de 2010

Leonardo Sciascia: Negro sobre Negro


Así es: siempre hay que saber esperar, entre realidad y poesía, a que la ecuación se cumpla.

Cada época tiene el don Quijote que se merece.

Extender la duda ya es un hacer.

…un escritor siempre debería poder decir que la política de la que se ocupa es ética.

…la perfección casa mucho mejor con el cretinismo que con la inteligencia; la inteligencia siempre tiene, como los tejidos de los navajos, alguna imperfección o fuga.

Los que piensan como nosotros son precisamente aquellos que no piensan como nosotros.

Rivarol decía: “No haber hecho nada es una terrible ventaja, pero no hay que abusar de ella”

Ahora se es tan profundo que ya no se ve nada. A fuerza de profundizar, nos hemos hundido. Solo la inteligencia, la inteligencia que también es “ligereza”, que sabe ser “ligera”, puede confiar en subir a la superficialidad, a la "banalidad”.

La seguridad y la claridad con que conseguimos hablar de las cosas que apenas conocemos; y la incertidumbre y la oscuridad con que hablamos, por el contrario, de las cosas que conocemos perfectamente. ¿Conocer profundamente una cosa (e incluso una persona) es tal vez una manera de no reconocerla, de rechazarla?

Se ha olvidado por completo que la superioridad de una idea respecto a otra no se afirma de una vez por todas, ni exclusivamente a través de las palabras. La superioridad se demuestra con los hechos, y constantemente.

Vittorini decía que los acontecimientos civiles, incluso mínimos, le distraían y alejaban de la escritura. Es un mal al que yo también estoy sujeto. Y por ser un mal es un mal, que viene indudablemente de una idea, más o menos inconsciente, de la literatura como algo ajeno a la vida, del escribir como –utilizando una exactísima expresión española- desvivir.

Picasso decía: “Soy como los borrachos, que les gusta cualquier vino: a mí me gusta toda la pintura”. Y así es: a un auténtico pintor debería gustarle toda la pintura, a un auténtico literato toda la literatura. Por tanto, no soy (pero ya lo sabía) un auténtico literato.

Un reloj que va mal no señala nunca la hora exacta; un reloj parado la da exacta dos veces al día: Así se puede explicar el reflujo hacia la moderación, el conservadurismo y la reacción…




Notas:

La traducción es de Joaquín Jordá.
Esta fotografía de Guardiola es de Timm Kölln y se puede obtener en el siguiente enlace.http://www.timmkoelln.com/guardiola/

1 comentario:

rubén dijo...

La inteligencia confía en subir a la superficialidad porque no está instalada en ella.