… Nietzsche considera que la decadencia se remonta al inicio
de la filosofía, con Sócrates y Platón, y a la postulación de un mundo
verdadero diferente del de aquí. A grandes rasgos, éste sería el planteamiento
nietzscheano: con el término nihilismo se designa la forma y el sentido de la crisis que afecta al
conjunto de la civilización occidental.
[…] La civilización occidental es decadente porque culmina
con el dominio de los débiles sobre los fuertes y, por tanto, sepulta la
voluntad de poder. Ejemplo privilegiado de la decadencia lo tenemos en la
figura del sacerdote, capaz de defender en sus homilías que una vida disminuida
es, en el fondo, la mejor de las vidas. En tal sentido cabe hablar del nihilismo
como del dominio de la nada.
[…] La filosofía de la proximidad es también una respuesta
al nihilismo […] En lugar del eterno retorno, el “retorno a casa”. Nietzsche
podría decir que esto es una vulgar réplica del peor cristianismo. Pero éste es
precisamente el embate que hay que resistir. En vez de la voluntad de poder, la
resistencia; en vez del superhombre, la
proximidad; en vez de la afirmación, la “problematicidad”; en vez del futuro,
la memoria.
Josep Maria Esquirol -
La resistencia íntima. Ensayo de una filosofía de la proximidad.
La fotografía es de Sebastião Salgado.
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