Del Cañizo subraya la relación de
la contaminación del medio y el hacinamiento con el desarrollo de ciertas
afecciones psíquicas como la ansiedad, la angustia, la tensión, el erotismo y
la agresividad.
Estadísticamente -dice-, se ha
demostrado que en una ciudad de 250.000 habitantes, se asesina el doble, se
viola el triple y se roba siete veces más que en un conjunto de pueblos pequeños
que sumen los mismos 250.000 habitantes.
Esto ratifica la afirmación de Eric
Fromm de que para conseguir una economía sana hemos producido millones de
enfermos. Y posiblemente, la cadena de males no se interrumpe aquí, puesto que
del mismo modo que los contaminantes influyen en enfermedades degenerativas
como el cáncer y la leucemia, según se ha demostrado, cabe que lo hagan también
sobre ciertas enfermedades y malformaciones congénitas de las que se observa un
incremento en nuestro tiempo. En cualquier caso, es obvio que las conquistas
rutilantes de la técnica no bastan para ocultar sus miserias.
Miguel Delibes – Un mundo que agoniza
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